Madre de acogida

Había escuchado hablar sobre los padres de acogida y tenía curiosidad y ganas de ayudar a alguien que realmente lo necesitara, así que me apunté gracias a una amiga y éste verano he sido "madre de acogida".


 


Tomar la desición para mi no fue nada complicado, (suelo tener las cosas muy claras). Sabía muy poco sobre a quién iba a acoger, "tendrá unos 11 o 12 años, viene del Sahara y solo nos quedan niños", para mi esa información era mas que suficiente, me daba igual si era niño o niña y si tenía 1 o 15 años, simplemente mi corazón me pedía: ahora que puedes hazlo.
El día que fui a recogerlo estaba un poco nerviosa pues iba a tener a cargo una personita que no conocía y que iba a estar con nosotros durante dos meses.

El primer encuentro:

 cuando pregunté por mi niño, Bea que es la persona de contacto en la asociación le llamó, de repente me doy la vuelta y ahi estaba llorando se veía tan frágil que yo no pude aguantar el llanto y le abracé como si de uno de mis hijos se tratara - el me correspondió-, sentí tanta ternura en ese abrazó que desde aquel día le quiero. Nos despedimos de sus amigos y cogimos rumbo a casa con mil preguntas: ¿Cómo te llamas?, ¿cuántos años tienes?, ¿hablas español?, ¿tienes hambre?, ¿qué tal el viaje? pobre, nos miraba diciendo madre mía donde me he metido, al llegar a casa nos esperaba mi madre y lo acogió como un nieto mas, lo recibió  con abrazos, besos y por supuesto una buena merienda.

Después de descansar quería preguntarme algo y me llamó mamá, cuando escuché esa palabra miré a mi alrededor sorprendida preguntándome si era a mi a quien se dirigía y tengo que decir que se me encogió el corazón, me encantó que me llamara así aunque tenía que aclarar el malentendido así que me acerque y le dije, no, yo soy Mónica, me miró sonrió y me dijo -vale- pero me siguió llamando MAMÁ.

El tenerle en casa ha sido una alegría, una bendición para todos, se llevaba muy bien con mis hijos y le gustaba estar todo el tiempo a mi lado, aprendió a preparar tarta y le encanta todo lo que tenga ruedas. A mi madre le llama abuela, y a mis hermanos tíos, del agua no había quien lo sacara y tiene una sonrisa que de solo escucharla se contagia.

Mi experiencia

Ha sido maravillosa, me reconforta saber que ese niño ha pasado unas vacaciones en paz y que le hemos querido y acogido como uno mas; quizás la peor parte es el echarle de menos, las despedidas, pero creo que compensa.

Si estás leyendo éste post te diré que si tu puedes ayudar a alguien, no lo dudes, házlo y más si es un niño o una niña que son inocentes e indefensos, si tienes hijos me entenderás y si no es así cuando los tengas lo harás seguro, porque cuando te conviertes en madre, todos los niños y niñas en las calles son tus hijos, tu ves a un niño sufrir y se te viene a la cabeza tu hijo y ese impulso te hace querer ayudar, simplemente hazlo.

Por último dar las gracias a la Asociación Acansa (Asociación Cordobesa de Amistad con los niños y niñas Saharauis) que es la gestiona y ayuda a éstos niños para que puedan pasar unas vacaciones alejados de las altas temperaturas que se viven en el desierto (entre otras) y animaros a ayudar como dice Rozalen ...El mundo está lleno de mujeres y hombres buenos.


Os dejo un enlace de la Asociación por si queréis echar un vistazo porque hay muchas maneras de ayudar:
http://saharacordoba.org/index.php/nuestro-trabajo/
ACANSA 

 Mónica Ortiz

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